¡Ya basta de mujeres asesinadas!
¡Ya basta de mujeres maltratadas!
¡Ya basta de mujeres desaparecidas!
Queremos un país donde puedan sentirse seguras, donde puedan ser libres, donde puedan expresarse y proclamar con orgullo: "Soy mujer y valgo lo mismo que tú".
Una mujer es virtuosa, como una perla preciosa. Es frágil como un vaso fino, pero fuerte en su espíritu. Se caracteriza por su sabiduría, temor a Dios, generosidad, fe, humildad y un corazón lleno de amor y bondad. En su vida cotidiana, tanto en su hogar como en su comunidad, busca reflejar el carácter de Cristo.
No estás sola, mujer.
Estás acompañada por el caballero Jesucristo, quien te protege, te cuida y te ama.
Grita al mundo que eres mujer, que vales y que tienes los mismos derechos que cualquier otra persona.
No permitas que nadie te pisotee. Oro por cada mujer que ha sido maltratada, secuestrada, humillada o acosada. Pido a Dios por cada una de ellas, para que puedan entender que son valiosas, que Él las ama y las protege. Oro para que todo dolor y tristeza desaparezcan, y que el amor de Dios reine en sus vidas.
Y que todas griten con orgullo: "Soy mujer".
"Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía."
"Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía."
"Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía."
"Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía."
No te sientas sola. Aunque el gobierno, la sociedad e incluso otras mujeres te den la espalda, Dios nunca lo hará.
Soy mujer. Amén.
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