Algo que es importante recordar es que nuestra relación con Dios es la prioridad en nuestra vida. En Mateo 22:37-38, Jesús nos enseña que debemos amar al Señor nuestro Dios con todo nuestro corazón, con toda nuestra alma y con toda nuestra mente. Esto significa que debemos poner a Dios primero en todo lo que hacemos y en todos los aspectos de nuestra vida.
Las personas pueden juzgarnos y criticarnos, pero lo que importa es lo que Dios piensa de nosotros. En Romanos 14:4 dice: "¿Quién eres tú para juzgar al siervo de otro? Si se mantiene en pie o cae, es asunto de su propio amo. Y se mantendrá en pie, porque el Señor es capaz de sostenerlo".
Es importante recordar que nuestra vida sin Dios es vacía y sin propósito. En Juan 10:10, Jesús nos dice: "El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia". Solo en Jesús podemos encontrar verdadera vida y propósito.
Debemos entender que nuestra rendición y obediencia a Dios es lo que importa más. En Colosenses 3:23-24, se nos recuerda: "Y todo lo que hagan, háganlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres, sabiendo que del Señor recibirán la recompensa de la herencia. Es a Cristo el Señor a quien están sirviendo".
Así que, aunque a veces pueda ser difícil, recordemos que nuestra relación con Dios es lo más importante y debemos ponerlo primero en todo lo que hacemos. Confía y cree en el Señor Jesucristo y Él te guiará por el camino correcto.