Claro que sí, siempre y cuando es un cristiano que ama al Señor, y anda en comunión con Cristo.
Un divorciado no es un cristiano de segunda clase. De hecho, hay veces cuando uno se divorcia, no porque quiere, sino porque su pareja exige esto. Hay que considerar las circunstancias que resultaron en el divorcio.
Si esta persona se divorció por asunto de haber cometido adulterio, hay que considerar si hubo un arrepentimiento sincero, y que este creyente ya está andando con el Señor, y viviendo para la gloria de Dios. Dios perdona y restaura a los genuinamente arrepentidos. Nosotros tenemos que restaurarlos también.
Por tanto, un divorciado puede servir al Señor si se ha arrepentido de su pecado, ahora tiene un buen testimonio cristiano, y anda en comunión con el Señor.