La virgen de Guadalupe


De acuerdo a la historia promovida por la Iglesia Católica la "Virgen de Guadalupe" se le apareció tres veces entre el  9 y el 12 de diciembre de 1531 a  un tal Juan Diego (1474-1548), indio convertido, en el año 1531. 
Virgen de Guadalupe
https://scontent-a-lax.xx.fbcdn.net/hphotos-ash3/993802_638902896172828_842132734_n.jpgLa  supuesta aparición, tomó lugar en una colina cerca de la ciudad de México llamada cerro Tepeyac, lugar que coincidentemente era considerado sagrado y mágico por los pobladores de la región. Los aztecas habían construido en ese mismo lugar un santuario dedicado a la diosa india Tonantzin, mejor conocida como "Nuestra Madre". La morena aparición se dice que le informó a Juan Diego que deseaba que se le construyera un templo en su honor y como prueba imprime su imagen en el poncho de éste. Inmediatamente después, la aparición comenzó a circular como la versión indígena de la "Virgen Maria",con el nombre de  "Virgen de Guadalupe",  en referencia al termino azteca "Coatlallope" que significa "la que destrozó la cabeza de la serpiente."
El catolicismo comenzó con el desmantelamiento de la cultura azteca y la colonización mental de  los pueblos americanos mediante sangrientas campañas y misiones. Los sacerdotes católicos tenían dificultades en domar y someter el espíritu indígena y en México la "Virgen de Guadalupe" fue un instrumento fundamental en este proceso.

Sin lugar a duda, los orígenes de la leyenda y la imagen son cuestionables. Juan Diego ha sido motivo de controversia al ser discutida su propia existencia por algunos historiadores y por el mismo Abad de la basílica de Guadalupe, Guillermo Schuleburg, quien llegó a sostener que la revelación de la Virgen era un invento. Aun así Juan Pablo II beatificó a Juan Diego en1990
http://www.herenciacristiana.com/museo/guadalupe2.gifTemplos y lugares rituales fueron destruidos y muchos símbolos aztecas fueron adaptados al cristianismo para facilitar el adoctrinamiento forzado a la cual los aztecas y otras tribus de la zona estaban siendo sujetas. Desde entonces el poderoso "culto virginal"  se ha transformado en un icono de la superstición cristiana a través de México y toda la región latinoamericana debido a las mezclas de las tradiciones y símbolos del cristianismo y el paganismo americano. Por ejemplo la Virgen de Guadalupe es representada parada sobre cuernos de toro, un símbolo de potencia sexual y fertilidad o una luna creciente, el símbolo de las diosas lunares. Hoy la "Virgen" es un símbolo nacional y su imagen que "milagrosamente" apareció en el poncho de Juan Diego es una decoración común en cualquier casa o automóvil mexicano y su santuario es el  más visitado.
El Abad Schulemburg no es el único clérigo que abiertamente ha declarado a la Virgen de Guadalupe un invento. "Algunos líderes eclesiásticos," informó Associated Press en 1995, "sabían que la aparición de la Virgen de piel morena había sido una fábula creada para permitirles a los indios seguir adorando a su propia diosa. Otros creen que los sacerdotes crearon la historia para facilitar la conversión de los indios mexicanos al catolicismo."
http://www.herenciacristiana.com/museo/guadalupe3.jpg
Abad Schulemburg, se atrevio a reconocer: "Todo es un invento"
Se creía que las declaraciones de Schulemburg  habían sido publicadas en la revista italiana "30 Giorno" primero,  pero se descubrió que la nota del Giorno estaba basada en una entrevista "meses antes" (Reuters) de la revista católica mexicana conocida como Ixtus.Reuters reporto que "en esa entrevista--cosa que todavía afirma Abad -- Schulemburg dijo que  Juan Diego simbolizaba un matrimonio entre el catolicismo y las religiones indígenas tradicionales y que la beatificación reconocía un "culto" y no a una persona real."
No paró allí y llevó su causa al Vaticano diciendo:  "La existencia del indio Juan Diego no ha sido demostrada; podríamos obtener muchas firmas de eclesiásticos preparados, así como de laicos intelectuales que avalan esta carta, pero no queremos provocar un inútil escándalo", advirtió en la misiva quien, irónicamente, estuvo al frente del templo mariano durante 34 años.
Además de Schulemburg, que a lo largo de todo ese tiempo tuvo la misión de ser el guardián de la fe guadalupana, también firmaron el documento Carlos Warnholtz, arcipreste del mismo santuario durante casi todos esos años; Manuel Olimón Nolasco, historiador y catedrático de la Universidad Pontificia de México (UPM), y Esteban Martínez, ex-director de la Biblioteca de la Basílica.
AP también reportó "pequeñas protestas" cuando las declaraciones fueron hechas públicas y que los  "manifestantes pintaron graffiti en las paredes de la iglesia demandando la renuncia del Abad."
Poco después Schulemburg renuncia. Esto demuestra que aunque la iglesia llegara a ser honesta y revelara todas sus mentiras, los crédulos no lo aceptarían y se revelarían contra los creadores de las fábulas. Realmente los religionarios han creado su frankenstein. que los perseguirá y finalmente serán la causa de su debacle como en la famosa novela.




Pero estudios recientes de la imagen han alimentado aún más las dudas sobre el supuesto milagro, según Leoncio A. Garza-Valdes, de 61 años, quien en 1999 formó parte de un equipo que estudió la imagen.
"El manto de Nuestra Señora de Guadalupe no es una pintura sino tres pinturas, y una de ellas está firmada y fechada. Así es que no se trata de una imagen milagrosa; fue creada por el hombre", dijo Garza-Valdes para la edición del domingo de San Antonio Express-News.
Garza-Valdes, cuyas conclusiones fueron publicadas la semana pasada en la revista Proceso, cree que la imagen de la Virgen no es de origen sobrenatural, y que la figura de Juan Diego es una creación de la Iglesia de la época de la Conquista.
"Deseamos detener la canonización de Juan Diego", dijo Garza-Valdes. "La Iglesia está cometiendo un disparate. Yo soy católico y guadalupano, pero no soy aparicionista, y no creo en Juan Diego", señaló.
Tras detallar el estudio de las tres pinturas, Garza-Valdez señala que cree que la imagen original es la misma de una bien conocida estatua de la basílica de Extremadura, en España. Además, señala que las iniciales del artista M.A. ó Marcos Aquino --un personaje histórico--pueden verse en un extremo de una de las pinturas, cerca de la fecha 1156.

¿Es bíblica la adoración a los santos y a María?
La Biblia es absolutamente clara en que solo debemos adorar a Dios. Los únicos casos en que alguien más que Dios recibe adoración en la Biblia es cuando se trata de dioses falsos, los cuales son Satanás y sus demonios. Todos los seguidores de Dios el Señor rechazan la adoración. Pedro y los apóstoles se negaron a ser adorados (Hechos 10:25-26; 14:13-14). Los santos ángeles se negaron a ser adorados (Apocalipsis 19:10; 22:9). La respuesta es siempre la misma, “¡Adora a Dios!”

Los Católicos Romanos intentan “desviar” estos claros principios Escriturales, diciendo que ellos no “adoran” a María y a los santos, sino que más bien ellos sólo “veneran” a María y a los santos. El usar una palabra diferente no cambia la esencia de lo que se ha estado haciendo. Una definición de “venerar” es “respetar en sumo grado o dar culto.” En ningún lugar en la Biblia se nos dice que rindamos culto a alguien, sino solo a Dios. No hay nada de malo en respetar a aquellos cristianos fieles que se han ido antes que nosotros (ver Hebreos capítulo 11). No hay nada malo con honrar a María como la madre terrenal de Jesús. La Biblia describe a María como “muy favorecida” por Dios (Lucas 1:28). Al mismo tiempo, no hay instrucción en la Biblia de reverenciar a aquellos que se han ido al cielo. Debemos seguir su ejemplo, sí, ¡pero nunca adorarlos, reverenciarlos, o rendirles culto!

Cuando son forzados a admitir que en realidad ellos adoran a María, los católicos argumentarán que ellos adoran a Dios a través de ella, al adorar la maravillosa creación que Dios ha hecho. María, en sus mentes, es la más hermosa y maravillosa creación de Dios, y al alabarla ellos están alabando a su Creador. Para los católicos, esto es análogo a dirigir alabanzas a un artista al alabar su escultura o pintura. El problema con esto, es que Dios explícitamente prohíbe ser adorado a través de las cosas creadas. No debemos inclinarnos y adorar a ninguna cosa que esté arriba en los cielos ni abajo en la tierra (Éxodo 20:4-5). Romanos 1:25 no puede ser más claro: “ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.” Sí, Dios ha creado cosas increíbles y maravillosas. Sí, María fue una buena mujer que es digna de nuestro respeto. No, absolutamente no debemos adorar a Dios “vicariamente,” alabando las cosas (o la gente) que Él ha creado. El hacerlo es obviamente idolatría.

La mayor manera en que los católicos “veneran” a María y los santos, es rezándoles. Como la siguiente declaración lo demuestra, el orar a alguien más que a Dios es anti-bíblico. “Es anti-bíblico orar a los santos y a María, ya sea que se ore directamente a María o a los santos, o que se les hagan peticiones como mediadores. Ninguna de estas prácticas es bíblica”. El orar es un acto de adoración. Cuando oramos a Dios, estamos reconociendo que necesitamos Su ayuda. Al dirigir nuestras oraciones a alguien más que no sea Dios, le estamos robando a Dios la gloria que solo le pertenece a Él.

Otra manera en que los católicos “veneran” a María y a los santos es creando estatuas e imágenes de ellos. Muchos católicos usan las imágenes de María o de los santos como “amuletos de la suerte”. Cualquier lectura superficial de la Biblia revelará que esta práctica es un claro acto de idolatría (Éxodo 20:4-6; 1 Corintios 12:12; 1 Juan 5:21). El frotar las cuentas del rosario es idolatría. Prender velas o veladoras ante una estatua o imagen de un santo o de María, es idolatría. El enterrar una estatua de José con la esperanza de vender tu casa (y un sinnúmero más de prácticas católicas), es idolatría.

La terminología no es lo importante. Ya sea que la práctica sea descrita como “adoración” o “veneración”, o cualquier otro término, el problema es el mismo. Cada vez que atribuimos a alguien más algo que pertenece a Dios, es idolatría. En ninguna parte de la Biblia se nos enseña a reverenciar, orar, depender, o “adorar” a alguien que no sea Dios. Debemos adorar solamente a Dios. La gloria, la alabanza y la honra pertenecen a Dios solamente. Solo Dios es merecedor de “... la gloria y la honra y el poder...” (Apocalipsis 4:11). Solo Dios es merecedor de recibir nuestra reverencia, adoración y alabanza (Nehemías 9:6; Apocalipsis 15:4).







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