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Todas las personas nos pueden fallar. Muchas veces las personas de las que más amamos son de las que más daño recibimos pero estas son pruebas que la vida nos pone para ser más fuertes y fortalecer nuestro carácter, siempre pasan las cosas por algo, nada pasa por coincidencia.

Cuando más hundidos estemos en nuestros problemas, en nuestros pecados, siempre hay un ser que está con nosotros, el único que dio su vida al morir por nosotros en esa cruz y darnos una vida nueva. Él nunca nos falla, siempre está con nosotros, siempre cuida nuestros pasos. ¿Qué esperas en darle tu corazón a Dios? No tardes que Dios te está llamando en este momento.

Todos te fallan pero Dios nunca