Hace años un predicador se mudó para Houston. Días después de haber llegado, se subió en un autobús para ir al centro de la ciudad.
Al sentarse, se dio cuenta que el chofer le había dado un dólar de más en el cambio.
Mientras pensaba que hacer, se dijo a sí mismo, “ Es solo un dólar ¿Quién se va a preocupar por tan poca cantidad?, de todas formas la compañía de autobús recibe mucho de las tarifas y no necesitan este dólar . Acéptalo como un regalo de Dios.”
Mientras pensaba que hacer, se dijo a sí mismo, “ Es solo un dólar ¿Quién se va a preocupar por tan poca cantidad?, de todas formas la compañía de autobús recibe mucho de las tarifas y no necesitan este dólar . Acéptalo como un regalo de Dios.”
Pero cuando llegó a su destino, se detuvo y, pensando de nuevo, decidió darle el dólar al conductor diciéndole, “Tome, me dio este dólar de más.”
El conductor, con una sonrisa le dijo, “Sé que eres el nuevo predicador del pueblo. He pensado regresar a la iglesia y quería ver que usted haría si yo le daba cambio de más”.
El conductor, con una sonrisa le dijo, “Sé que eres el nuevo predicador del pueblo. He pensado regresar a la iglesia y quería ver que usted haría si yo le daba cambio de más”.
Se bajó el predicador sacudido por dentro y dijo: “Oh Dios, por poco vendo a Tu Hijo por un dólar.”
Nuestras vidas son las que hablaran muchas veces ante los demás, cuida tu testimonio.
Juan 13:15 “Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.”