Testimonio de Leo Dan

Leo dan declara “soy cristiano, y es el mérito más lindo que puedo tener, y quisiera contagiar a todos y que conozcan a Jesucristo y lo acepten”. Esto es lo que comenta Leo dan en una entrevista.

¿“Jesús es mi pastor” como marco su vida? Cuando yo triunfé me encontraba  muy feliz porque ganaba mucho dinero y pensaba que eso era lo más maravilloso  que me había pasado. En 1965-66, fui llamado a un curso de cristiandad. Ahí fue cuando conocí la gracia del Señor. Recuerdo que yo me negué luego porque ese curso era viernes, sábado y domingo. Y dije: no, yo no puedo ir, porque son los días donde más gano dinero.
Pero como Dios trabaja también que  tuve  dos años sin trabajar, me llevó a España apenas con  lo justo, y a veces tenía que juntar las moneditas para poder comer, pero Él me deformo y me volvió a formar. Y bueno, desde ese día el Señor ha estado siempre con nosotros, ha fortalecido mi matrimonio.

“Yo quiero  contagiar a la gente, para que acepte a Jesús como su Salvador, porque él no descuida a sus hijos. Así estés en el barro, él te va a levantar, así estés en las perdiciones, el Señor te va a rescatar. Así estés en la cárcel, el Señor te va a levantar, y si estás enfermo siempre vas a ser un ejemplo porque trabajas para Dios”.

Por lo general se piensa que los que conocen a Jesús como su Salvador son personas que han fracasado en la vida, les ha ido mal, o están en un hospital con una grave enfermedad, o bien en situación ya completamente hundidos, sin embargo, tengo delante de mí a un hombre lleno de fama, nombre, prestigio, que buscó a Jesús
 Yo pensaba que yo lo tenía todo; materialmente tenía éxito, fama, juventud, pero llegaba un momento en que uno está solo y nadie te puede llenar esa soledad sino Jesucristo. Ahora, que seguir a Cristo no es fácil; significa sacrificio, significa muchas cosas, aceptar la cruz y cargarla.  Llegamos a un lado, digo yo soy Leo Dan, y como que la gente responde a algo y todo eso es obra de Dios, porque Dios a sus hijos los quiere como cualquier padre. Creo que él  es bondadoso en ese sentido y quiere que nosotros nos sintamos favorecidos de Dios, porque la religiosidad es la actitud de aquellos que sólo dan vuelta a la cruz, pero Cristo nos invita a tomar la cruz, y aceptar a Cristo y seguirlo es ayudar a los demás, al prójimo, sentirse útil.

Cuando no quise aceptar el llamado, el Señor me pegó un golpecito, un jalón de oreja de dos años.
 Yo era el ganador, y lo interesante y maravilloso que a mí me sucedió es que todas aquellas muchachas bonitas que venían a mí, venían a pedirme consejos. O sea que venían a decir que el novio, que esto, que papá. En vez de ser un galán me convertí en un consejero, y parece que era bueno porque muchas se casaron, muchas que no podían tener hijos, hoy los tienen por orar, por creer en la Palabra. El Señor lo solucionó de la forma más linda, con la verdad, con la justicia Quiso sólo hacerle canciones a Jesús Leo quiso abandonar todas las canciones de corte popular, pero confiesa que hace siete u ocho años, “cuando empecé a predicar la Palabra recibí un mensaje en Ecuador. Era del Señor Jesucristo a través de una profetiza: “Tú eres uno de mis elegidos, utiliza tus canciones para conquistar almas para el Señor”.
De ahí comencé a predicar la Palabra, en los lugares donde Dios me mandó, que son las discotecas, donde la gente va a lanzarse sus traguitos, que no es malo, lo malo es cuando se abusa.
Lo más hermoso que me ha pasado en la vida es haber conocido a Jesucristo y haberlo aceptado como mi Salvador.
La gente cree que (Dios) le va a solucionar los problemas en el sentido como ellos lo ven. Pero hay que tener conocimiento de la Palabra. Mira a los pastores, a la gente que predica la Palabra, que están con Dios y trabajan para Dios: no les falta nada, es más, lo único sí que los pone tristes es cuando ven que la gente llega a la iglesia por estar enamorada del pastor o lo perciben como algo mágico. No, así no, hay que ir a escuchar la Palabra y aplicarla
A veces la gente cree que porque tiene un hotel, una empresa, un vehículo, dice: mira Dios como ha sido conmigo. No, no es así. La felicidad es otra: la felicidad es que tus hijos no se enfermen, que tengan para comer, que se puedan educar. La felicidad es que te sientas bien sano, que puedas dormir sin decir: ¡Uy!, le debo a éste, y tengo que estar huyendo, que esto y lo otro. Por eso digo, si tú tienes conocimiento de Dios, difícil es que vayas a perecer. La Palabra dice: mi pueblo perece por falta de conocimiento.
Así que si estamos pobres, enfermos, en la miseria es por falta de conocimiento, porque quien conoce a Jesucristo, una nueva criatura es, y todos tus pecados te son perdonados. Leo recita el texto bíblico: Jeremías 33: 3 “Clama a mí que yo te responderé y te enseñaré cosas grandes que tú no conoces”.
Mi relación es directamente con Dios, a través de Jesucristo. Predico a Cristo como el único Camino, la única Verdad y en quien reside la Vida, y que nadie viene al Padre sino es por intermedio de Él. Pero debemos amar a nuestros hermanos, como hijos de un solo Dios, y tenemos que contagiarlos con Jesucristo, porque no hay otra forma de llegar a Dios.
San Sebastián y otros santos son un ejemplo de mártires que han dedicado su vida al Señor, pero ellos han sido como nosotros, de carne y hueso. Para llegar a Dios no hay otro camino, tú lo puedes buscar por donde sea: ni siquiera haciendo buenas obras, porque Dios no se glorifica por sus obras, el justo por la fe vivirá. Por eso no me avergüenzo del Evangelio, porque es Poder de Dios para aquel que cree, dice Romanos 1: 16-17. Es más, Cristo fue el primer educador que mandó Dios: nos enseñó la regla del amor: perdonar al enemigo.

Yo he cometido muchos errores, muchas cosas. Yo pienso que podría mejorar más si Dios me da otra oportunidad. Pero como dice II de Corintios 5: 17 “El que conoce a Jesucristo, una nueva criatura es y todo los pecados le son perdonados”.

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