Muchas personas suelen escribir "dios" en lugar de "Dios", ya sea porque tienen problemas con el teclado, la mano, el celular o porque desconocen la forma correcta de escribirlo. Sin embargo, al escribir "dios" nos referimos a los dioses paganos y no al Dios todopoderoso.
La mala ortografía no es conveniente, ya que proyecta una imagen negativa de nosotros mismos. Si alguien lee algo escrito con errores ortográficos, puede que no nos crea o que piense que el autor es un niño de cinco años.
Si escribimos sobre Dios, debemos ser cuidadosos con la forma en que lo nombramos, ya que puede cambiar completamente el significado de la frase. Por ejemplo, "tienes que aceptar a dios en tu corazón" no es lo mismo que "tienes que aceptar a Dios para poder ser salvo". Es importante empezar siempre con una "D" mayúscula al hablar de Dios (Yahvé, Jehová, etc.) para proyectar una imagen adecuada. Si fallamos en esto, nuestra enseñanza podría verse afectada.
Dejemos de repetir lo que escuchamos del pastor o de otros, y tomémonos el tiempo para investigar, leer y orar al Señor para evitar errores ortográficos