sin verguenza

Algunos aspiran a ser como Marcos Witt, Jesús Adrián Romero o incluso Cash Luna. En mi caso, solo quiero ser un sinvergüenza. No me interesa imitar a nadie, ni aunque sea famoso. Lo que busco es tener la valentía y la sinceridad de hablar con franqueza sobre lo que hay en mi corazón, lo que ha transformado mi vida y lo que me hace ser quien soy.

Hay distintos tipos de sinvergüenzas. Algunos entienden esta palabra como alguien que actúa con descaro o atrevimiento, sin preocuparse por lo que piensan los demás. Otros se refieren a alguien que tiene habilidad para engañar sin maldad, o para no dejarse engañar. Y hay quienes la usan para describir a personas que cometen delitos o actos de mala fe en su propio beneficio.

En mi opinión, el verdadero sinvergüenza es aquel que se muestra con sinceridad y no teme hablar de lo que realmente importa. Alguien que no tiene reparos en decir que Jesús ha cambiado su vida, que gracias a Él ha encontrado un propósito y que ahora vive para Él. Hablar con valentía sobre la fe puede generar críticas y rechazo, pero si uno tiene a Dios en su corazón, no debe temer a lo que digan los demás.

Así que, ¿qué tipo de sinvergüenza eres tú? ¿Eres de los que se avergüenzan de todo, de los que engañan o roban, o eres de los que hablan con franqueza y tienen a Dios en su corazón? Yo espero que seas del último tipo, porque es el que realmente vale la pena. Ser un hijo de Dios es algo que puede cambiar tu vida, y si eso te hace un poco sinvergüenza, entonces que así sea

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente

Facebook



Facebook