La frase "después de la tormenta sale el sol" es muy común y representa que siempre hay una luz al final del túnel después de situaciones difíciles. A menudo, como seres humanos, somos pesimistas y creemos que todo lo malo nos sucede a nosotros, pero en realidad siempre hay esperanza.
Cuando nos encontramos en medio de una tormenta en la vida, Dios siempre está presente para darnos luz y tranquilidad. Él es el único que puede calmar nuestros dolores, tristezas y cualquier otro tipo de sufrimiento.
Para permitir que Dios ilumine nuestra vida, debemos recibirlo en nuestro corazón y hacer que sea nuestro padre, amigo, apoyo y refugio. Él estará allí para nosotros en todo momento, como un paraguas que nos protege de la lluvia o un pañuelo de papel que nos ayuda a secar nuestras lágrimas. Así que recordemos que después de la tormenta siempre sale DIOS y confiemos en Él para encontrar la salida a nuestras dificultades.