Recientemente me hice la prueba y confirmé que tengo este virus en mi vida, y estoy agradecido por ello. A diferencia de otros virus, este no es peligroso ni mortal, al contrario, es el virus del amor y la vida eterna.
Desde que fui contagiado con este virus, mi vida ha experimentado una transformación increíble. Ya no siento el vacío que antes me consumía, ahora tengo una esperanza y una paz que no conocía antes. Este virus ha llenado mi vida de sentido y propósito, y me ha hecho sentir como si hubiera nacido de nuevo.
Este virus es contagioso y se puede transmitir a otros mediante nuestros actos de amor, nuestras palabras y nuestros frutos. A diferencia de otros virus, este no se pierde ni se cura, sino que se fortalece cada vez que lo compartimos con otros.
Quiero invitarte a que también te contagies con este virus. Jesucristo es la respuesta a todas nuestras necesidades, y solo Él puede llenar el vacío que sentimos en nuestro corazón. Acepta a Jesucristo como tu salvador y experimenta la vida abundante que solo Él puede ofrecer. Contágiate de este virus y compártelo con todo el mundo, porque este es el único virus que contagia vida, amor y felicidad