En primer lugar, quisiera expresar mi gratitud por todo lo que me has dado y por eso te estoy escribiendo esta carta para agradecerte por todo lo que has hecho por mí. Es difícil expresar con palabras cuánto te amo y lo agradecido que estoy contigo por todo lo que has hecho por mí y todo lo que me has dado.
Quiero comenzar con un GRACIAS, ya que es la palabra perfecta para expresar mi agradecimiento. Gracias por estar allí para mí cuando más solo me sentía, cuando estaba triste y cuando me sentía muerto. Gracias por darme ese aliento de vida que me sacó de la oscuridad.
He vivido experiencias extraordinarias y eso es gracias a ti. Aunque en su momento no te conocía, ahora me doy cuenta de que estabas allí en esos momentos y que pasé por esas pruebas porque tú querías que yo creciera como tu hijo, como persona y como hombre. Ahora agradezco todas esas pruebas, ya que me han hecho lo que soy hoy en día. Sé que nunca dejaré de tener pruebas y caídas, pero estoy seguro de que tú me estás moldeando y juntos lograremos cambiar muchas cosas. Cuando hayas terminado de moldearme, estaré listo para partir contigo, mi Dios.
La verdad es que no hay suficientes hojas en el mundo para poder plasmar todo lo que me has dado y lo agradecido que estoy. Por eso, además de escribirte esta carta, quiero compartir contigo mi deseo de decirle a toda la gente que pueda ver esto que tú eres real y que existes. Puedo decirlo con certeza porque te he conocido personalmente y nadie me lo ha contado. El mundo está en un estado cada vez peor, y creo que esto se debe a que no te conocen lo suficiente.
Te invito a que te acerques a las personas y les des la oportunidad de conocerte. Verán que no eres como te pintan y que no estás en una cruz como si todo lo que hiciste fuera en vano. Entrega tu vida a Él y verás que tu vida será verdaderamente vida y que ya no estarás muerto en vida. Comenzarás a disfrutar de la vida que nos has dado.
Gracias de nuevo por todo, mi Dios. Te amo.
Atentamente, [Tu nombre]