¿Por qué nos acordamos de Dios solo en tiempos difíciles o en días como Semana Santa? Es cierto que en estos días vemos cosas absurdas que no creo que Dios apruebe. No creo que Dios quiera que sus hijos se hagan daño. Es ilógico hacer mandas a Dios cuando no hacemos lo más básico, como leer la Biblia y orar. Es más fácil entregarle nuestra vida al Señor, que es lo que Dios realmente quiere de nosotros: nuestras vidas, no estas muestras extravagantes.

Estos días son de reflexión. No solo son vacaciones. Vemos que el mundo está empeorando, pero para cambiar el mundo, primero debemos cambiar nosotros. Debemos analizar lo que estamos haciendo mal y lo que nos falta en nuestras vidas. ¿Está nuestra vida actual satisfaciéndonos? Podemos tener problemas que no se puedan resolver fácilmente, pero podemos darles buena cara y aportar a su solución lo antes posible, mientras dejamos que Dios nos ayude. No solo le pidamos a Dios cuando necesitamos algo, sino agradézcale por todo lo bueno y malo que tenemos, porque eso nos hace crecer y nos fortalece.

Tómese estos días para agradecer a Dios por todo lo que tenemos y por lo que no tenemos. Analice su vida, no haga mandas ni maltrate su cuerpo. Si quiere hacer algo por Dios, lo único que puede hacer es entregarse a Él, entregándole su corazón y viviendo en una relación personal con Él. Dejemos atrás las religiones y doctrinas de los hombres y vivamos una vida realmente conectada con Dios. Recuerde, sin Dios, nada podemos hacer.