Gracias a Dios

"Gracias a Dios". Estas dos palabras son muy comunes entre las personas, pero a menudo las decimos por costumbre, al igual que cuando nos preguntan cómo estamos y respondemos "bien" aunque no sea cierto. Lo mismo ocurre con "gracias a Dios". A veces lo repetimos tanto que parece un concurso y creemos que cuantas más veces lo digamos, más cerca estamos de Dios.

Sin embargo, decir "gracias a Dios" debería ser una expresión genuina de agradecimiento hacia Él, y no solo una costumbre. No importa cuántas veces lo digamos, lo que importa es si realmente estamos agradecidos con Dios. Además, muchas personas creen que están cerca o obedeciendo a Dios solo por repetir estas palabras, pero esto no es suficiente. La verdadera forma de agradar a Dios es obedecerlo y seguir su palabra.

Como cristianos, debemos despertar y ser conscientes de nuestro propósito en la vida. No podemos seguir durmiendo y pensando solo en nosotros mismos. Debemos predicar el verdadero amor que es Jesucristo y dejar atrás las cosas absurdas que creemos que nos acercan a Dios. En lugar de repetir "gracias a Dios" por costumbre, debemos hacerlo desde lo más profundo de nuestro corazón.

Si hay cosas en nuestra vida que no agradan a Dios, debemos pedirle que nos cambie y dirija nuestro camino. Solo así podremos ser verdaderamente agradecidos con Él y expresar nuestro agradecimiento de manera auténtica.

En resumen, no importa cuántas veces digamos "gracias a Dios", lo importante es que sea una expresión sincera de agradecimiento hacia Él y que nuestro comportamiento refleje nuestra obediencia a su palabra. Reflexionemos en nuestra vida y en nuestra relación con Dios para poder expresar nuestro agradecimiento de manera auténtica y verdadera.

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