Sin embargo, decir "gracias a Dios" debería ser una expresión genuina de agradecimiento hacia Él, y no solo una costumbre. No importa cuántas veces lo digamos, lo que importa es si realmente estamos agradecidos con Dios. Además, muchas personas creen que están cerca o obedeciendo a Dios solo por repetir estas palabras, pero esto no es suficiente. La verdadera forma de agradar a Dios es obedecerlo y seguir su palabra.
Como cristianos, debemos despertar y ser conscientes de nuestro propósito en la vida. No podemos seguir durmiendo y pensando solo en nosotros mismos. Debemos predicar el verdadero amor que es Jesucristo y dejar atrás las cosas absurdas que creemos que nos acercan a Dios. En lugar de repetir "gracias a Dios" por costumbre, debemos hacerlo desde lo más profundo de nuestro corazón.
Si hay cosas en nuestra vida que no agradan a Dios, debemos pedirle que nos cambie y dirija nuestro camino. Solo así podremos ser verdaderamente agradecidos con Él y expresar nuestro agradecimiento de manera auténtica.
En resumen, no importa cuántas veces digamos "gracias a Dios", lo importante es que sea una expresión sincera de agradecimiento hacia Él y que nuestro comportamiento refleje nuestra obediencia a su palabra. Reflexionemos en nuestra vida y en nuestra relación con Dios para poder expresar nuestro agradecimiento de manera auténtica y verdadera.