Mi vida era muy gris hasta que alguien llegó a mi vida y la pintó como un arco iris. Cambió mi lamento en baile y me di cuenta de que en algunas partes del mundo, las personas han conocido y aceptado esas gotas de amor, lo que ha transformado su entorno en un lugar lleno de colores y alegría. Pero también hay lugares que todavía son grises, contaminados por religiones y sectas que impiden que las gotas de amor caigan en sus corazones.
Afortunadamente, cada día llueven esas gotas de amor que nos protegen de los problemas, los chismes y las personas tóxicas. Nos alejan de todo lo que nos contamina y nos llenan de alegría. Sabemos que solo esas gotas pueden cambiar y hacer que el mundo sea mejor. Su origen se remonta a alguien que hace miles de años derramó su sangre por cada uno de nosotros para que pudiéramos tener vida eterna. Gracias a él, podemos superar cualquier obstáculo y salir adelante, ya que es nuestro sustento y guía.
Cada día, Dios nos manda lluvias de amor que llenan nuestro mundo de colores y nos recuerdan que no estamos solos en nuestras luchas. Así que, si te sientes abrumado por la tristeza, sal a la calle y deja que Dios te llene de sus gotas de amor.