Cuando hablamos de ser violentos, no nos referimos a ser agresivos o intimidar a otros. Ser un violento implica arrebatar el reino, no seguir la corriente mundana y nadar en el agua celestial con determinación. Un verdadero hombre o mujer de Dios no se deja influenciar por las modas y vicios de un mundo perdido. Son valientes y saben que Dios los respalda en todo momento, incluso en las dificultades.
No todos tienen el valor para arrebatar el reino, pues el evangelio es solo para los valientes. Para conocer realmente a Dios, es necesario orar y leer la Biblia, donde se revelará su verdadera esencia y el sacrificio que hizo a través de Jesucristo para nuestra salvación. Al aceptarlo como nuestro único y suficiente salvador, nos convertimos en verdaderos hermanos violentos capaces de arrebatar el reino.
Recuerda que el evangelio no es para cobardes que solo se acercan a Dios cuando quieren dejar sus vicios y adicciones. Es una decisión valiente y firme que debe guiar nuestras vidas cada día, sin importar las dificultades que se presenten en el camino. Así que, siéntete orgulloso de ser un verdadero hombre o mujer de Dios, un hermano violento que lucha por el reino celestial