El templo de Dios 1Corintios 3:16

"Tenemos que empezar diciendo que nuestro cuerpo es el templo de Dios en esta vida. Para tener una vida plena, es fundamental fortalecer este templo. ¿Cómo lo hacemos? Es muy fácil: tenemos que comer palabras con la salsa de la oración.

Además, para fortalecer este templo, no por vanidad sino por cuidado y respeto hacia nuestro cuerpo, es esencial realizar ejercicio. Muchos cristianos llevan una vida sedentaria y su templo parece una arena movediza. No estoy diciendo que deban tener un cuerpo de modelo, pero tampoco deben descuidarlo por completo y renunciar al ejercicio. ¿De verdad no tienen tiempo para ejercitar el templo de Dios? ¿Dedican tiempo a ver televisión y a mirarse en el espejo, pero no tienen tiempo para cuidar su cuerpo?

Mucha gente utiliza la excusa de que no tiene tiempo o dinero para ir al gimnasio. Pero no se necesita dinero para hacer ejercicio: se puede caminar, correr, descargar vídeos con rutinas para hacer en casa, etc. Todo esto es gratis, así que no hay excusas.

Así que muévete, brinca, baila, come sano y transforma ese cuerpo elástico y movedizo en un cuerpo firme y moldeado. Recuerda que esto no es por vanidad, sino para sentirte mejor, tener mejor salud y cuidar el templo de Dios. Si exiges que el edificio del templo esté bonito y cuidado, ¿por qué no hacer lo mismo con el verdadero templo que eres tú? Actívate y levanta esos músculos para el Señor. Verás que estarás mejor física, espiritual y mentalmente. Recuerda que tu cuerpo es el templo de Dios, aliméntalo bien y tu cuerpo estará más firme y sano como la roca Cristo."


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