Mi ultimo adiós

Aquí está mi carta de despedida. Me despido de este mundo cruel. Soy Lourdes del Río, tengo 42 años y dos hijos a los que adoro y son mi motor. Soy madre soltera porque el padre de mis hijos nos abandonó cuando él estaba casado y yo era la amante.

En estos últimos años mi situación se ha vuelto cada vez más complicada, aunque en realidad siempre ha sido difícil. Vivo con mi madre y siento como si estuviera en el infierno, aunque sé que gran parte de esto es culpa mía. Mi relación con mi madre, como con la mayoría de las personas, no es buena. Siento que a nadie le importa, que todos me atacan y juzgan sin saber cómo me siento.

La vida cada vez se me hace más difícil y ya no puedo más. Mis hijos no me quieren, solo me dañan y me culpan porque solo piensan en ellos mismos. Esta situación ya no la soporto más. Ya no quiero vivir en este mundo. Ya no tengo fuerzas para cargar con todo esto sobre mi cuerpo. He pedido ayuda divina, pero no ha llegado. Ni siquiera la Virgen María me escucha. Antes de tomar estas pastillas, quiero dejar a mis hijos al cuidado de mi hermano, Enrique. Cuídalos y edúcalos, los quiero mucho. Adiós.

A ti que piensas en quitarte la vida, quiero decirte que aunque te sientas sola, deprimida, incomprendida y no querida, hay alguien que sabe lo que estás pasando y lo que estás sintiendo. Solo Él puede quitarte esa tristeza de tu alma y borrar todo ese dolor. No es la Virgen María ni ningún santo, sino Cristo, el único mediador entre Dios y los hombres. Él puede darte esa paz y esa tranquilidad que tanto necesitas. Búscalo, pídele que entre en tu corazón, que te perdone todos tus pecados y que lo recibas como tu único y suficiente Salvador. A partir de ese momento, tu vida cambiará y Él te ayudará a llevar una vida más estable y a tener una mejor relación con todas las personas. Búscalo y lo encontrarás.

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