A menudo, cuando nos encontramos tristes o solos, sentimos un vacío en nuestro corazón que nos hace buscar la compañía de alguien especial. En la Biblia, en Eclesiastés 4:9-10, encontramos: "Mejores son dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo. Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante!"
Pero aunque la compañía de un amigo o ser querido pueda ser valiosa, solo hay una persona que puede reconstruirnos por completo y llenar el vacío en nuestro corazón: Jesucristo. En Isaías 41:10 leemos: "No tengas miedo, porque yo estoy contigo; no te desalientes, porque yo soy tu Dios. Te fortaleceré, te ayudaré y te sostendré con mi diestra victoriosa."
Jesucristo siempre llega justo a tiempo para restaurar nuestro corazón y darnos una nueva vida. En 2 Corintios 5:17 dice: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas."
Aunque la música puede ser una fuente de alegría y consuelo, como cristianos debemos ser cuidadosos con lo que escuchamos. En Filipenses 4:8 encontramos: "Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo que es honorable, todo lo que es justo, todo lo que es puro, todo lo que es amable, todo lo que es de buena fama, si hay alguna virtud o algo digno de alabanza, en esto pensad."
En lugar de escuchar música mundana, deberíamos llenar nuestras mentes y corazones con música cristiana que nos acerque a Dios y nos edifique espiritualmente. Como dice el Salmo 95:1-2: "Venid, aclamemos alegremente a Jehová; cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación. Acerquémonos ante su presencia con alabanza; aclamémosle con cánticos."
Por eso, si te encuentras en una situación difícil y necesitas ayuda, recuerda que Jesucristo siempre llega justo a tiempo. Abre tu corazón y acepta su amor y salvación. En Juan 14:6 Jesús mismo dice: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí."