Pensamos que Dios nos pone pruebas en la vida para que nos entreguemos a Él con toda nuestra alma, incluso cuando estamos tristes o solos. Él siempre está a nuestro lado, incluso cuando todo parece ir mal. Si las personas hablan mal de nosotros o si las personas que más queremos nos olvidan, no importa, porque Dios siempre se acuerda de nosotros y nunca nos abandona.
Si necesitamos un hombro para llorar, alguien que nos diga "te amo" o simplemente alguien que nos escuche, Dios siempre está ahí. Debemos vivir nuestra vida conforme a lo que Dios nos ordena y dejar de preocuparnos por la vida de los demás. Él está con nosotros y nos dará descanso si estamos cansados o agobiados.
Debemos enfocarnos en vivir nuestra propia vida para el Señor y no en la de los demás. Cada uno de nosotros rendirá cuentas a Él por nuestra propia vida y no por la de los demás.